Conferencia Nacional Popular de Educación en pro de la democracia y la educación transformadora

Conferencia Nacional Popular de Educación en pro de la democracia y la educación transformadora
Brasil

Durante el Seminario sobre privatización y mercantilización de la Educación en Brasil, las afiliadas a la Internacional a la Educación de ese país lanzaron la Conferencia Nacional Popular de la Educación (Conape), como instrumento de resistencia en defensa de los avances y de los espacios de interlocución conquistados después de décadas de lucha, que ahora están siendo destruidos y/o usurpados por el actual gobierno golpista. A continuación, el Manifiesto "por la democracia y la educación transformadora".

El proceso amplio y democrático de participación de la sociedad civil en la realización de la Segunda Conferencia Nacional de Educación (Conae/2014), desde sus etapas preparatorias realizadas en los municipios, estados y en el Distrito Federal de Brasil, contribuyó de manera innegable a consolidar el avance de las políticas de educación, especialmente para el establecimiento del Plan Nacional de Educación (PNE) 2014/2024 y a la elaboración o adecuación de los planos estatales/distritales y municipales de educación correspondientes, así como para su implementación y evaluación.

Fue lo que demostró el documento final resultante de las deliberaciones de la conferencia, material que, desde entonces, se constituye en el principal subsidio para el proceso de movilización y debate permanente entre educadores y entidades de la sociedad civil organizada comprometida con la educación. Compromiso que pasaba no solo por la implementación y evaluación del PNE y los correspondientes planes decenales discutidos y/o aprobados por las cámaras municipales y asambleas legislativas en todo el país brasileño, sino también por la institucionalización del Sistema Nacional de Educación.

La perspectiva de ese pacto social firmado entre la sociedad civil organizada y el Estado es de lo que un proyecto de desarrollo nacional sostenible y soberano de Brasil no prescinde -por el contrario, necesita- de una educación verdaderamente democrática, la cual solo se asegura por medio del fortalecimiento de la educación pública, gratuita, inclusiva, laica y de calidad y, por otrol lado, de la reglamentación de la educación privada, con la exigencia del cumplimiento del papel del Estado en el control, regulación, acreditación y evaluación de la educación, con las debidas referencias sociales.

Ese pacto fue roto por la implementación de las políticas ilegítimas de Michel Temer. Roto por la entrega de las reservas petroleras del "Pré-sal" -cuyos excedentes serían destinados a la educación- a los intereses extranjeros por la Enmienda Constitucional 95, que, al congelar por 20 años las inversiones en políticas públicas en el país, inviabilizó por completo el cumplimiento de las directrices y metas del PNE, incluyendo la más conocida de ellas: destinar 10% del Producto Interno Bruto brasileño a la educación. Roto por la suspensión de programas y políticas de acceso que afectan la garantía constitucional de universalización de la educación básica y la expansión de la educación superior. Roto por la reforma de la enseñanza media hecha arbitrariamente por medio una de una medida provisional, sin discusión con los educadores y las entidades del campo educativo, y que hace a esa etapa de la educación básica aún más excluyente, rebajando la formación y permitiendo del desmantelamiento y la privatización de la escuela pública.

Roto por la aprobación de la tercerización irrestricta, medida cuyos efectos son la precarización de las relaciones de trabajo y el aumento de la degradación de las condiciones de trabajo, la supresión de los derechos de los trabajadores, las rebajas salariales, la pérdida de derechos sociales y la reducción de la representación sindical, sin contar con el grave perjuicio a la calidad de la enseñanza y al proyecto pedagógico de las instituciones. Roto por la suavidad -o, directamente, la connivencia del Poder Ejecutivo- con intentos explícitos y espurios de censura y criminalización del Magisterio, como el demostrado por la parcialidad del movimiento "Escuela Sin Partido" y sus propuestas de implementación de leyes mordaza en todo el país. Roto por la ocupación del Consejo Nacional de Educación (CNE), por la injerencia y la recomposición a la rebeldía del Foro Nacional de Educación (FNE) -con la exclusión de entidades históricas do campo educativo y la apertura del órgano a los intereses del capital privado- y por la clarísima intención del Ministerio de Educación de inviabilizar la realización de una Conae/2018 de forma democrática y con amplia participación social.

Es delante de ese escenario, que demanda un fuerte contrapeso, que se moviliza esta Conferencia Nacional Popular de Educación (CONAPE), como instrumento de resistencia en defensa de los avances y los espacios de interlocución conquistados después de décadas de lucha y que ahora están siendo destruidos y/o usurpados por el actual golpe político, al cual no le interesa el fortalecimiento de una educación pública, laica, democrática, inclusiva y de calidad socialmente referenciada.

Sin la reflexión sobre una concepción pedagógica crítica, el enfrentamiento de las políticas ilegítimas de este gobierno y la construcción del Sistema Nacional de Educación, con el fortalecimiento de la escuela pública y la reglamentación de la enseñanza privada, no hay proyecto democrático de educación. Para eso, el movimiento educativo necesita mostrar que el desarrollo de la educación no se da solo n el ámbito de la lucha educacional, sino también en el enfrentamiento de la exclusión, de la concentración de la riqueza y de las disparidades regionales y sociales, consecuencias de una noción de desarrollo basada en el consumo, que estimula la desigualdad y a la cual el combate exige acciones políticas y sociales articuladas.

Así, esta Conferencia Nacional Popular de la Educación es una convocatoria para retomar la democracia en el país y para las voces de la sociedad civil organizada por medio de los movimientos sociales y de las entidades educativas; una reafirmación del compromiso con una educación verdaderamente transformadora.