La crisis de los cuidados en Centroamérica: el caso del trabajo doméstico remunerado en Costa Rica y Guatemala

La crisis de los cuidados en Centroamérica: el caso del trabajo doméstico remunerado en Costa Rica y Guatemala
Por María Leonela Artavia Jiménez1

Brazos de mujeres que sostienen la vida, brazos fuertes, brazos invisibles. 

La vida se sostiene cada día, a todas horas, aunque no se note, aunque no se vea, esto no se logra de forma espontanea ni ajena al trabajo humano. A las acciones relacionadas con este sostenimiento se les enmarca dentro de los cuidados y se encuentran presentes desde el hogar que permite el desenvolvimiento del metabolismo social, desde la esfera doméstica, hasta la más grande compañía de alcance global. 

Históricamente, han sido las mujeres las encargadas de tan importantes actividades, quizá por ello, se considera que estas formas de trabajo no son relevantes ni de trascendencia para la humanidad, esto es el sesgo patriarcal que invisibiliza tanto la vida y su sostén como a las mujeres. 

En esta época, las formas y posibilidades de cuidar han venido cambiando abruptamente, bajo el asedio de una estructura cimentada sobre la prevalencia de los procesos de acumulación de la riqueza —del capital— y la individualización de las dinámicas de vida, un tiempo en que ha venido emergiendo cada vez con más fuerza una crisis de cuidados sin precedentes. 

Mercados de trabajo regidos por reglas de juego que no toman en cuenta las responsabilidades de cuido de las personas trabajadoras

La crisis de cuidados

La crisis de cuidados se entiende como un estado en el que está siendo difícil cuidar, cuidarse y ser cuidados2. En general, esta crisis se debe a un conjunto de causas3, pero, para efectos de este artículo, interesa considerar particularmente la cultura patriarcal, pues organiza la vida y ha constituido mercados de trabajo regidos por reglas de juego que no toman en cuenta las responsabilidades de cuido de las personas trabajadoras, lo cual se entrecruza con la escalada de la precarización de las condiciones de trabajo de millones de personas. 

El trabajo doméstico remunerado y la precariedad laboral 

El trabajo doméstico remunerado es una actividad altamente feminizada de la cual depende el sostenimiento de la vida de cientos de miles de hogares centroamericanos; se constituye de labores como limpieza de espacios, ropa, platos, preparación de alimentos, cuido de niños, niñas y adolescentes, entre otras tareas. Además, es una de las ramas de actividad económica más precarizada en Centroamérica, con lo que se constituye en una de las caras de la crisis de cuidados en la región.

Trabajo doméstico remunerado: una de las ramas de actividad económica más precarizada en Centroamérica

El desmejoramiento sostenido en el tiempo de las condiciones y las relaciones de trabajo expresadas en estados de desprotección social (informalidad laboral), inestabilidad laboral y baja remuneración —por lo general por debajo del mínimo—, es llamado precarización laboral. Este fenómeno se ha venido extendiendo por toda Centroamérica4 —y en el mundo— como parte de un proceso en desarrollo de flexibilización de las condiciones de trabajo y reducción de los márgenes de negociación y de acción sindical que caracterizan a esta era neoliberal que estamos enfrentando. 

Informalidad laboral como desprotección social 

La informalidad laboral es una condición de desprotección social presente y futura en la cual las personas trabajadoras no se encuentran cubiertas por un seguro de salud y tampoco cotizan para una pensión.

En términos generales, la mayoría de las mujeres trabajadoras en trabajo doméstico remunerado se encuentran en esta condición en la región. Por ejemplo, las estadísticas del 2022 evidenciaron que, en el caso de Costa Rica, 88% de las mujeres en trabajo doméstico remunerado estaban también en informalidad laboral, mientras que, para Guatemala, hablamos del 99.5%. Lo anterior implica que estas mujeres se encuentran excluidas de garantías sociales como licencias, cobertura de incapacidades, atención a la salud, y de una pensión cuando cumplan la edad de jubilación. 

Inestabilidad laboral 

La existencia de contratos de trabajo que garanticen estabilidad en el tiempo reviste una gran importancia en la toma de decisiones relacionadas con la satisfacción de las necesidades presentes y a futuro de las personas trabajadoras, pero, además, les permite gozar de la tranquilidad de un ingreso seguro. Sin embargo, su existencia se presenta, más que como un derecho, como un privilegio solo para algunas trabajadoras del hogar . En países como Guatemala, solo el 2% de ellas cuenta con contratos; en el caso de Costa Rica, es un tema más común que cubre al 90% de las mujeres trabajadoras domésticas, aunque, en este caso, esa contratación permanente no se vincula a que los hogares contratantes asuman las responsabilidades desprendidas de esto, como el aseguramiento.

Baja remuneración

Los salarios significan la principal fuente de ingresos de la mayoría de los hogares centroamericanos, con sueldos bajos y niveles adquisitivos bajos. Esto implica, muchas veces, la inserción de la población en condiciones de pobreza e incluso pobreza extrema, aunque trabajen. 
Lo dramático del trabajo doméstico remunerado es que el 99% de las mujeres trabajadoras reciben menos del salario mínimo en Guatemala (3209,24 quetzales= 407,5 dólares americanos aproximadamente) y, de ellas, 26% tienen más de cuatro hijos o hijas, lo cual implica condiciones de vida bastante complicadas en términos de la satisfacción de sus necesidades. 
En el caso de Costa Rica, es también un problema de grandes proporciones, pues el 86% de las mujeres trabajadoras de los hogares sin subempleo percibieron en 2022 menos del salario mínimo (216 500 colones= 363 dólares americanos aproximadamente). 

Lo anterior tiene implicaciones directas en la satisfacción de las necesidades de estas mujeres trabajadoras, lo cual las coloca en condiciones de pobreza, vulnerabilidad y en círculos de baja movilidad social que abarcan a las personas dependientes de ellas, en especial, si además son quienes asumen la jefatura del hogar. 

Los alcances de la precariedad laboral 

A este punto, es importante contemplar que esta precariedad es expansiva, pues podemos hablar de un efecto multiplicador de las condiciones de trabajo en las condiciones de vida de las personas. Por ello, se enuncia que trabajos precarios, vidas precarizadas, también por este motivo urgen medidas que protejan estos empleos, pues con ello protegen la satisfacción de necesidades de cientos de miles de niños, niñas, adolescentes y otras personas dependientes. Es decir, hablamos incluso de trabajo infantil y adolescente que puede evitarse si las condiciones de estas mujeres trabajadoras mejora. 

Acciones de política y el desafío del compromiso por el cambio necesario

Lo lógico ante esta gran precarización —y sus impactos— es articular acciones para su reconversión, por lo cual existen diferentes iniciativas de política pública y de convenios para comprometer a los Estados en la promoción de mejores condiciones de trabajo para quienes están sosteniendo la vida de las familias y que permiten que tanto mujeres como hombres se inserten en los mercados laborales. 

Aún queda una larga senda por andar para que en nuestra Centroamérica mejoren las condiciones y relaciones del trabajo doméstico remunerado

Una de las acciones más representativas en esta materia es el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual señala las condiciones en que debe ejercerse esta actividad, incluyendo a la población migrante, en los países que lo ratifiquen. Sin embargo, tras una década de su adopción, solo cuenta con 36 ratificaciones —en Centroamérica solamente Costa Rica y Panamá se han sumado— lo cual evidencia la minusvalía con la que se trata esta rama de actividad, y, más aún, a quienes realizan esta labor. 

De manera que aún queda una larga senda por andar para que en nuestra Centroamérica mejoren las condiciones y relaciones del trabajo doméstico remunerado. Mientras tanto, se seguirá sosteniendo la vida a expensas de centenares de mujeres que arrullan los infancias, que lavan las ropas y preparan los alimentos de la fuerza de trabajo centroamericana y de sus patrones; mujeres que con amor y dedicación cuidan de nosotros y nosotras, incluso cuando han dejado a los suyos al cuidado de alguien más; mujeres precarizadas ante la indiferencia de los Estados, de las empresas y de la sociedad que aunque está en sus brazos son invisibles para la gran mayoría. 

[1] Master en Estudios Latinoamericanos, y Economista. Académica coordinadora del Proyecto de Investigación “Trabajo y Crisis: aportes desde una economía política crítica heterodoxa para la vida”, de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional, Costa Rica. 
[2] En el texto de Ezquerra (2011), pueden encontrar un desarrollo muy valioso sobre la crisis de cuidados. 
[3] Para quienes deseen ampliar en el tema pueden leer Artavia, M., Quirós, F. y Benavides, S. (2022). 
[4] Para evidenciarlo se tomará como base la Encuesta de Propósitos Múltiples de los Hogares-2022 de Guatemala (INE, 2022) y la Encuesta Continua de Empleo, IV Trimestre 2022 de Costa Rica (INEC, 2022).

Lea y descargue la Revista RED Vol. 9 2023 en este enlace o a continuación.
 

 
Referencias 
Artavia, M., Quirós, F. y Benavides, S. (2022). “Los cuidados en pandemia: un sector en crisis que sostiene la vida.”. En Ruesga, S., Pérez, L. y Cebollada, M. (2022). “Debates sobre socioeconomía. Precariedad laboral, informalidad y mujer. Políticas de cuidados.” Instituto Belisario Domínguez, Senado de la República-Universidad Autónoma de Madrid. http://bibliodigitalibd.senado.gob.mx/bitstream/handle/123456789/5710/L…;
Ezquerra, S. (2011). Crisis de los cuidados y crisis sistémica: la reproducción como pilar de la economía llamada real. Investigaciones Feministas. http://dx.doi.org/10.5209/rev_INFE.2011.v2.38610 
Instituto Nacional de Estadística (INE) (2022). Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos. https://www.ine.gob.gt/sistema/uploads/2023/03/23/20230323214737Qdung3I…;
Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) (2022). Encuesta Continua de Empleo. http://sistemas.inec.cr/pad5/index.php/catalog/302